“Green monkey
Deportes Urbanos” es uno de los mayores logros que ha conseguido cada
participante de los tres que continuamos con este proyecto durante este año,
tanto a nivel facultativo como en experiencias personales. Surgido originalmente
como trabajo práctico final de una materia llamada Taller de Producción Gráfica I, de la carrera de Licenciatura de Periodismo y Comunicación Social, hoy nos
encontramos en el laberinto que implica el deseo de avanzar y progresar.
Si alguien nos
pregunta si hoy, 31 de diciembre de este moribundo 2013, imaginábamos la
repercusión de lo que hemos hallado casi por sorpresa, azar o “rebote”, la
respuesta inmediata sería “nunca”. Desde el primer momento en que nos vimos
tratando de aprobar una materia nos “dimos la cabeza contra una pared
acolchonada”, por así decirlo. Entramos en la dulce razón de que la temática
central y el deseo por involucrarnos cada vez más y más con ella, desplazaba
totalmente la responsabilidad facultativa. Sin desmerecerla, nos dimos cuenta
de que la obligación que sentíamos semana tras semana no pasaba por la
aprobación de nuestros profesores, sino por la del público que comenzó a
generar los espacios para que este proyecto cobrara su verdadero sentido. La
pura y sincera verdad del secreto de este “bosquejo” de plan con el que soñamos
para un futuro, esperemos sea inmediato, ha sido el deportista sobre el cual
Green monkey basa sus historias. Este mono verde que aún requiere de
entrenamiento en lo que se propone, no podría haber sido nada de lo que hoy es
sin aquellos que se prestaron para una foto, una entrevista, un video, una
nota.
Sería
interminable la lista de personajes y espacios que hemos podido conocer a fondo
en estos últimos dos meses. He allí una de las principales y bellas sorpresas
que nos hemos llevado en este corto lapso de tiempo. La interrelación existente
en cada grupo, en cada sector, en cada deportista para con otro deportista o
simple ciudadano, es increíblemente abrumadora. Debería confesar que hace ya
varios años que no sentía la energía que representa el trabajo, la ayuda
desinteresada, la preocupación por el otro y el compartir algo tan profundo y
vital como puede llegar a ser un deporte de estas características.
Fue durante el
Bosque Plain, torneo realizado por los Longbrothers el pasado 14 de diciembre,
cuando oí a una señora de avanzada edad que caminaba por el bosque junto a la
pista y las rampas decir: “a estos pibes los rejunta la calle y mira de qué
forma los une”. Fue una frase que inevitablemente hasta este momento en que
sentí la necesidad de desnudar este proyecto y atribuir la clave de sus logros
a los verdaderos responsables, me hizo ruido y al fin puedo utilizarla como es
debido. Esa mujer, divertida por las pruebas, que poco debe entender de las
disciplinas urbanas, fue los suficientemente abierta para percibir lo que quizás
algunos de los que estamos aquí inmersos, ni siquiera sepamos que está, pero
que compartimos inconscientemente. Esa forma de la que esta anciana hablaba
creo que, en mi humilde reflexión, hace referencia a esa energía que se
comparte en estos ambientes, sea cual sea el elemento con el que se practique.
Habiendo recorrido prácticamente todos los ambientes de las diferentes
disciplinas, podría destacar infinidad de diferencias que hacen particular y
singular a cada una. Pero hay algo que no falto en ninguno de los territorios,
grupos y sectores y podría resumirlo en la palabra “hermandad”. Se establece un
vínculo entre los participantes que trasciende a toda desemejanza, incluso aún presentes
dentro de un mismo deporte.
Es por esto y
todos las nuevas relaciones, lugares y experiencias que hemos vivido desde
Green monkey, que nos hemos visto en la necesidad de agradecer a todos y cada
uno de aquellos que de alguna manera fueron parte de esto que promete continuar
mientras haya un lector dispuesto a leernos. Fue una de las ideas originales
dar voz a aquellos sectores que el comercio, la política (de cierta manera) y
la misma sociedad encasilló en los lugares más equivocados. Hoy los deportes
urbanos son una gran e inmensa realidad que estamos dispuestos a defender y
llevar a la lectura de aquellos que en cualquier momento pueden convertirse en
protagonistas. Hay mucha magia dando vueltas por la calle y es esa la que nos
interesa proteger.
Con la mejor
de las vibras, les deseamos estos tres monos verdes que somos, Jeremías,
Enrique y Agustina, a todos aquellos que aman los deportes, mas allá de practicarlos
o no, un increíble comienzo de año nuevo, de este 2014 que nos encontrará sobre
lo que más nos gusta, rodeados de los que más nos importan. A no parar, que el
globo sigue girando.
me llena de alegría este post. A seguir proyectos y obsesiones!
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