Pasaron las 2 de la tarde y la gente empezó a
acercarse, el clima no pudo haberse portado mejor. El sol se reflectaba en el
cemento de la calle y los árboles combatían el calor tajante.
Muchas familias bajaron de sus autos, de
colectivos y otras se acercaron caminando o sobre las ruedas de sus skates,
rollers y bicicletas.
En el correr de la tarde se fueron armando
distintos escenarios. Atrás de la Facultad de Odontología fue el lugar elegido
para tirar una lona, preparar el mate y disfrutar del día sentados.
Paralelo a esto, la calle se llenó de gente.
Los amantes del roller, se dividieron en distintos espacios. Sobre diagonal 78 cruzaron
una cinta de lado a lado de la calle, y empezaron a hacer piruetas sobre ella,
impresionando con sus saltos. El otro grupo se dedicó a transitar
tranquilamente sobre calle 50, encontrando su mundo sobre ruedas con los
auriculares sonando.
El BMX también se hizo presente. Un grupo
disfrutó de las escalinatas, subidas y bajadas de la facultad antes mencionada.
Los más chicos usaron como principal entretenimiento los lomos de burro del
lugar y los cordones de la vereda.
Pasadas las 5 el Sol empezó a ocultarse tras
las nubes, lo que provocó que la gente empiece a retirarse. Muchas familias abandonaron
el lugar.
Quedaron los más grandes. Aquí fue cuando
salieron a la pista la mayor cantidad de skaters, que recorrieron calle 50 de
lado a lado, aprovechando algunas subidas y bajadas que el lugar brinda.
Llegando al anochecer, en el ocaso que pintó
las nubes de un intenso color rojizo, quedaron unos pocos. La mayoría decidió
sentarse a disfrutar de una bebida fresca en amplias rondas.
Charlando con Andrea, una mujer presente
en el lugar que manejaba su mini-skate,
se detuvo a hablar y nos dijo: “está buenísimo tener este espacio”, y además
agregó: “los deportes urbanos necesitan de esto, están creciendo mucho”.
Finalizada la jornada, con la luz artificial
como protagonista, deambulamos entre los pocos practicantes de roller que
quedaban. Nos sumergimos por calle 50 hasta 118. El resultado: ver que las
calles se encontraban completamente limpias. No papeles, no botellas, no
desechos en los espacios verdes, lo que demuestra la relación y compromiso de
los practicantes de estos deportes urbanos con la ecología y el cuidado del
medio ambiente.
Por Blas Arhancetbehere (@blasarhan)
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